En verano, ¡no te olvides de tu vista!

Además de la piel, los ojos son una de las partes del cuerpo más susceptibles de padecer lesiones durante el verano.

Uno de los principales factores que pueden dañar nuestros ojos es la alta luminosidad ambiental, la exposición al sol y el cloro de las piscinas. Las altas temperaturas, la sequedad del ambiente y la deficiente protección a la hora de practicar determinados deportes pueden llegar a dañar nuestra vista.

Si quieres prevenir lesiones, ¿qué debes hacer?

Gafas de sol

La excesiva exposición a las radiaciones solares (en concreto, a las ultravioletas UVB y UVC) está muy vinculada a sufrir quemaduras corneales o queratoconjuntivis. MUCHO CUIDADO «usar gafas de sol que únicamente tengan los cristales de color, pero que no protejan de las radiaciones ultravioletas es más perjudicial que no usar gafas de sol». Debes usar unas gafas de sol de calidad, no te la juegues con cualquier lente.

Color del cristal

Junto al filtro de protección determina la luminosidad y el tipo de radiación que recibirá el ojo. Entre los
colores más adecuados para los cristales de gafas se encuentran el amarillo, el rosa, el gris, el verde y el marrón.

Protección ocular a la hora de hacer deporte

Muchas de las consultas oftalmológicas de urgencias en verano son derivadas de la práctica deportiva sin una adecuada protección ocular. Es recomendable el uso de gafas durante las actividades deportivas. Usa unas lentes que se adapten bien y no te resultará incómodo llevarlas. Si practicas natación, usa gafas y evitarás la irritación ocular debida a la cloración del agua.

Infecciones y lesiones oculares habituales en el verano

El verano es un período propicio para la transmisión de enfermedades oculares, ya sean bacterianas o víricas. Para no contraer infecciones por contacto, mantén una buena higiene personal y limpia con alcohol los objetos que pudieran entrar en contacto con la infección.

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